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Roma



No vi Roma, la película, en Netflix. Eso explica un detalle de mi percepción de la película.

En mi primer intento por verla hace cuatro días, no pude soportarla mas que lo primeros 20 minutos. El intro me pareció lento, aunque entendía la intención estética del ritmo que ahí había por parte del director.

Esa noche estaba tan cansado que decidí cortar la película. Estaba por dormirme.

Días después me enteré del tuit que publicó Lilián Bañuelos sobre Roma. Fue un acto de serendipia, ya que este mes he meditado en la posibilidad de dejar Twitter por completo.


Una de las cosas que atesoro en mi vida es el conocimiento de la crítica literaria. Leí a muchos críticos importantes, que ahora son relevantes en mi visión de mundo, tanto como las religiones orientales o los filósofos chinos.

Un valor de la crítica –y aquí parece que invoco a George Steiner o a Samuel Johnson– es que arrojan luz, y nos hace ver aspectos accesibles en obras complicadas. Creo que esto lo realiza Lilián.

Roma es una película complicada, difícil de ver. Es una obra de arte. Esto es una perogrullada, tanto como decir que es de día porque vemos que hay sol.

En Roma podemos apreciar los aspectos técnicos. Sabemos que tiene una gran dirección y una estupenda fotografía. Es sol y luz.

Lo que se dificulta de Roma es abordar su contenido. ¿La película aborda la situación de las empleadas domésticas, como lo hace creer el call-to-action al final de Roma donde se pide apoyar a las trabajadoras de las labores domésticas?

El dilema no es tan sencillo como la oposición día/noche.

La cosa es que si Roma fuera exclusivamente sobre la vida de Cleo, la película sería totalmente anodina. Fallida con un tema burdo, fallida por tener un fondo brutalmente cotidiano y pedestre, a pesar de las labores exquisitas realizadas en el aspecto técnico.

Personalmente, abordar Roma sólo desde la vida de Cleo, sería ver la película desde una posición de flojera. ¿Y? Podría decir con absoluta verdad pero desde el absoluto relativismo, asegurando que la vida de mi madre fue más rica en experiencias y con tantas anécdotas dignas de contar como la anécdota que se cuenta en Roma.

Ustedes podrían decir lo mismo con un familiar al que aprecien.

Quizá la incomodidad para muchos espectadores que se han aburrido con la película ha sido la expresión: “¿Y? En mi infancia pasaron anécdotas más interesantes que lo que cuenta esta película”.

El fondo de la película no es lo que cuenta un personaje ahí: “Cleo, estamos solas”. No es la soledad compartida de la mujer, aunque esta esté desdoblada en múltiples mujeres y mujeres de diferentes estratos sociales.

El fondo de la película es que todos los hombres son basura.

Esto lo agrego yo al comentario de Lilián (quizá sin su autorización para reinterpretarla): el niño –al momento de preguntarle a Cleo sobre su silencio por la depresión de su hijo nonato– también es basura.

***
He dejado de pagar Netflix. La plataforma sólo me interesa por Bojack Horseman. Cuando salga la nueva temporada, renovaré. Por mientras he utilizado Amazon Video. Y me siento decepcionado por la pobre cantidad de contenidos. Y por el ‘muro’ que te impide ver series sólo disponibles en Estados Unidos pero no el extranjero (abroad). No puedo ver The Americans, por ejemplo.

Vi Roma sin subtítulos. Así que no sé de que hablaban los personajes en lenguas nativas de México. También fue decisión estética, lingüística y ética.

Por Elias Canetti me entero que sus padres hablaban en sefardí cuando no querían que los niños Canetti escucharan y entendieran discusiones que tenían los mayores.

Y yo amo hablar en diferentes idiomas para fines específicos. Por supuesto, escribo con mayor soltura en español. Así es que pueden leer estas líneas. Pero mi cuenta de Instagram está en inglés. Esto lo hago porque allá busco ser encontrado por medio de hashtags sobre otro tipos de intereses, a saber: fotografía y cosas relacionadas con el wellness.

La única vez que he empleado el recurso de decir algo personal y valioso en alemán (idioma del que tengo nociones porque tomé un curso en 2011) fue cuando le dije a la maestra de ese idioma mi decisión de abandonar la maestría que estaba cursando. Aunque ese posgrado era en literatura latinoamericana y las clases eran eminentemente en español, ese curso de alemán me sirvió para ejecutar algo que leí con Canetti –autor que también admiro no sólo por sus ideas sino por la concepción lingüística de su familia–: dije por primera vez en un idioma extraño (no en español, no en inglés) que mi madre tenía cáncer. Esa docente fue la primera en enterarse que dejaría la maestría para convertirme en caregiver de mi madre. Aunque obviamente la maestra viró al inglés para hablar del tema, yo no hubiera tenido la comodidad o valentía de mencionar el tema en un idioma familiar a mí.

Que los personajes hablaran en otro idioma en la película me hizo decir: qué se hablen entre ellas. Si usan ese idioma, entonces yo no pertenezco a esa conversación, razoné.

Es posible que vea Roma por segunda ocasión. Esta vez con subtítulos.

***
Mencioné que he usado Amazon Video (incluido con el servicio de Amazon Prime). Una recomendación que puedo hacer es que complementen Roma con la serie de “Un extraño enemigo”, que aborda la situación del movimiento estudiantil y la masacre de Tlatelolco, pero que también ahí aparecen las figuras de Luis Echeverría Álvarez y los halcones.