Confieso que yo también fui parte del desdén y sarcasmo literario con el que tuvo que lidiar Carlos Fuentes en vida. Mencionar a Fuentes en ciertas publicaciones significaba referirse a un dinosaurio literario, en que, a pesar de su importante obra, tenía cabida el ataque ad hominem. De manera muy personal, establezco un paralelismo entre John Updike, escritor norteamericano fallecido en años recientes, y Carlos Fuentes, a pesar que aquel abordara una temática sobre la ansiedad del sexo a lo largo de su obra, mientras que el escritor mexico-panameño la inquietud de la perspectiva histórica permeaba en sus libros. No obstante, a inicios de año mencioné la importancia de Carlos Fuentes dentro de la cultura mexicana. Lo hice de manera honesta y sincera. Luego del inicidente de Enrique Peña Nieto, candidato por el PRI a la presidencia de México en 2012, conversaba con un amigo (maestro, escritor, estudiante de Literatura) sobre el vericueto que pasó el candidato en un foro donde se le ...